“Acá nosotros debemos seguir firmes en lo que estamos. Es un compromiso inevitable con la paz y con la tierra”, Wilman González

Hace casi dos años, Wilman González, miembro de la ACVC e hijo del líder campesino y cofundador de la Asociación, Miguel Ángel González Huepa, me concedió una entrevista en la que narra algunas de las peripecias que ha tenido que atravesar a lo largo de su vida. Su relato es el de un campesino que ama su tierra, el de un dirigente valiente que recorre cientos de kilómetros organizando a las comunidades, el de una víctima que ha padecido en carne propia los horrores de la guerra. Es un relato que clama por verdad, justicia y no repetición. Wilman, con inmensa gratitud y afecto trascribo aquí tus palabras, que no son sólo tuyas sino de todos aquellos que sufren el oprobio y la injusticia y que, sin embargo, siguen sabiendo cultivar esperanza.
“Nosotros llegamos en 1992. En el 96 a mi papá lo eligen varias comunidades y sale como concejal de la UP. En ese entonces, había estaba la Coordinadora agraria y popular, mi papá hacía parte, de ahí viene una arremetida grande en donde comienzan a desplazar, a matar a la gente. Entonces salen a una movilización primero por la defensa de los derechos humanos y defensa del territorio, porque también está toda la invasión agrícola, grandes finqueros comprando tierra, terratenientes, y también toda esta cuestión de narcotraficantes que comenzaron a comprar fincas, a la gente la estaban desplazando.

De ahí empieza a surgir la propuesta de la ACVC, en el 96, sale esa marcha, y en 1998 surge el éxodo campesino, los campesinos logran unificar más la propuesta y están de acuerdo con la Zona de Reserva Campesina, acogen esa propuesta y la formulan, logran hablar también con el Gobierno, con el Presidente, logran hablar como Asociación.

Para el 2002 nace, le dan vida a la Zona de Reserva Campesina, pero meses después otra vez vuelven y la tumban, en el gobierno de Álvaro Uribe, con el argumento de que era resguardo de guerrilla, con ese argumento es que tumban la zona de reserva campesina. La zona de reserva campesina se pierde, queda suspendida, pero como tal ella seguía funcionando y la gente seguía diciendo “estamos en la zona” y seguía resistiendo. Pasa una cantidad de tiempo y después llega una gran arremetida contra la asociación, mataron a algunos líderes en varias partes, a otros les tocó resguardarse, otros se fueron para otras partes, cuando eso el paramilitarismo mataba. También —los paramilitares y el ejército— hicieron un bloqueo alimentario, como en eso del 2003-2004: tenía que salir la persona, dueño de la finca, con la lista de los que estaban en la finca, la familia, comprar el mercado, primero pasarlo por la policía, después lo firmaba los paramilitares y después, en la base, lo reafirmaba el ejército.

En esta región se vio patrullar al ejército con los paramilitares. Los paramilitares llegaron a San Pablo, a Yondó, a Remedios, a manejar el pueblo como si fuera la policía, ellos eran los que cobraban los impuestos, eran los que patrullaban el pueblo y la policía encuartelada, no hacía nada.

En 2006-2007 comenzó una persecución a los líderes de la ACVC, algunos fueron capturados otros salieron huyendo a otras partes, y otros que no estaban en la lista, de 18 líderes con orden de captura, pudieron enfrentar la cosa. Se hicieron las mesas comunales, las mismas juntas organizaron en mesas comunales, que ahora llaman Mesas Comunales por la Vida Digna, de esos líderes cayeron seis a la cárcel, uno de esos mi papá, sobre montajes lo acusaban, uno que conoce a mi papá toda la vida, pues nunca uno conoce que ha estado ni con la guerrilla ni que lo vieran con un arma, ni nada de eso, sólo lo que hace como líder comunitario como lo que hago yo ahora; menos financiador de la guerrilla, ¿dónde mi papá? no tiene nada -risas, ante lo paradójico de la situación-.

En el 2008, cuando capturan a mi papá, a los ocho días matan a mi hermano, mi hermano era secretario de la junta, los militares estuvieron en esa reunión donde capturaron a mi papá y Ramiro, mi hermano estuvo ahí, mi papá le entregó las cosas a él. Y a los ocho días mi hermano iba bajando de la finquita, él tenía mujer y trabajaba una parcela que es de mi papá, él venía bajando y lo cogieron y también lo mataron, lo vistieron como guerrillero y dijeron que había muerto en combate.

De eso también depende que yo esté aquí en la Asociación. Mirando toda la situación, y en ese entonces mi papá en la cárcel, también uno buscando explicaciones, llegué a la Asociación, aunque siempre he sido cercano. Comencé con un trabajo con las juntas comunitarias, a organizarnos, y ya me metí en el proceso como líder comunitario, presidente de una junta, apoyando a la asociación y la asociación, lógicamente, también me apoyó mucho con mi papá, cuando iba a hacer las visitas, con todas las vueltas que ha hecho de mi hermano, por mi hermano a nosotros nos ofrecieron 35 millones de pesos y que el caso quedara así y nosotros no es que no necesitáramos la plata, pero lo que necesitamos, de verdad, es que haya justicia y no repetición de los hechos en la región, a mi hermano ya no lo van a devolver así den millones de pesos, es imposible, lo que se quiere es que se aclaren los hechos. Mi hermano nunca fue guerrillero. Era defensor de derechos humanos, era promotor en cinco veredas de derechos humanos, de CAHUCOPANA, y era uno de los que siempre pensaba que la defensa era dialogando, y me lo decía a mí, porque siempre fui más arrebatado. Una vez yo tuve una discusión con un teniente del Ejército, en Cooperativa, porque me dijo en la cara “es que matamos a un guerrillero”, a mí me dolió mucho, porque al que mataron es mi hermano y yo más que ninguno conozco quién era, cómo trabajaba, la familia, su esposa, sus hijos.

Aquí en la asociación es más voluntad y el querer ayudar a la gente. Durante dos años estuve en el sur de Bolívar, estaba a cargo del trabajo social de la ACVC en 20 veredas y de ahí me pasaron al Nordeste, trabajaba con comunidades, como con 16 comunidades y ahorita estoy encargado de la problemática minera.

Ha servido mucho el aporte de las universidades, todo lo que hacen ustedes, divulgar la información, o poder sacar la información de la realidad que se vive en la región. Ha servido para que los procesos se fortalezcan, las miradas internacionales, traer aquí a Peace Brigades International (PBI), a International Action for Peace (IAP), se puede divulgar la problemática y así mismo se puede proteger la región.

Ahorita hay amenazas de nuevos paramilitares, la problemática que hay por la minería dicen que es por las BACRIM pero son paramilitares que están renaciendo. Están los Rastrojos, están las Águilas Negras, los Héroes de Antioquía, los Urabeños y otros, ahorita están llamando a la gente, a los que sacan las maderas, a los que están explotando algunas minas, para que les paguen impuestos y siguen ahí, en los cascos urbanos.
Este Gobierno no ha sido tan drástico, se ha dejado, por lo menos, hablar, ha dejado que la gente haya salido y expresar lo que siente; con el anterior presidente, quien salía se moría. Se está aflojando un poco la situación, primero pensar colocar un candidato era pensar poner un muerto allá en el municipio, ahorita se está viendo la posibilidad de que se pueda sacar un candidato agrario y no uno, la idea es que sean varios.

Comenzar a poner concejales en los municipios es un paso, debemos hacer gobierno también. Eso no va a cambiar mucho lo organizativo de la Asociación, acá nosotros debemos seguir firmes en lo que estamos, eso no va a cambiar tampoco. Es un compromiso inevitable con la paz y con la tierra”.