Por. Lucy Códoba

La Coordinadora de Mujeres de la Zona de Reserva Campesina del Valle del Rio Cimitarra continúa con el acompañamiento al proceso organizativo de las campesinas del territorio. Desde su creación en el año 2017 la Coordinadora ha venido incentivando la organización política de las campesinas a través de la creación de comités de mujeres al interior de las Juntas de Acción Comunal, este ejercicio ha permitido fortalecer las capacidades de liderazgo de las campesinas y aumentar su participación en cargos directivos.

De igual forma hemos apoyado e incentivado iniciativas económicas que contribuyen al logro de la autonomía económica de las mujeres, esto como elemento necesario para superar de manera colectiva la violencia económica y patrimonial de la que somos víctimas. Se han apoyado como ACVC desde el año 2011 iniciativas con gallinas ponedoras, instalación de huertas caseras, producción y comercialización de panela y arroz, administración de tiendas comunitarias, y hoy como Coordinadora de Mujeres seguimos apoyando estos emprendimientos comunitarios, y hoy somos beneficiarias de una compañía de ganado de búfalo.

Asimismo, y de manera contundente hemos visibilizado y rechazado todas las formas de violencia de las que aun somos víctimas al interior de nuestra familia y comunidad. Hemos denunciado la violencia sexual, psicológica y física, e iniciamos campañas informativas y formativas para reconocer estas violencias a través de nuestro violentómetro.

Empezamos un acompañamiento con niños y niñas de la vereda Puerto Matilde en la que abordamos temas como: identificación de las partes del cuerpo y la diferencia entre secretos buenos y malos, con el fin de reducir el riesgo de sufrir abuso sexual.

Hemos liderado la construcción de la política pública en los municipios de San Pablo, Cantagallo y Yondó como instrumento para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, buscando que todos los actores del territorio nos vinculemos a este propósito.

De igual forma le hemos exigido al gobierno colombiano el reconocimiento del campesinado como sujeto político, buscando con ello la garantía plena de nuestros derechos y de nuestra identidad campesina. Demandamos al Estado la implementación de los Acuerdos de Paz como instrumento fundamental para la construcción de la paz territorial.