La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra empieza a organizar sus delegaciones desde las regiones rurales para acompañar en los centros urbanos la gigantesca movilización que se fortalece.

Desde el Magdalena Medio, la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC) ratifica su respaldo al paro nacional que se desarrolla en todo el país desde el 28 de abril. La movilización popular obtuvo una importante victoria al lograr que el presidente Iván Duque retirara del Congreso el proyecto de reforma tributaria y renunciara el ministro de los bonos de agua Alberto Carrasquilla.

Sin embargo, el movimiento social, popular y campesino sigue levantando una serie de banderas contra la política antisocial del gobierno de Iván Duque, profundizada por la pésima gestión de la crisis sanitaria por el covid-19; el manejo inadecuado de la crisis económica donde se fortaleció el gran capital y se permitió el empobrecimiento de grandes sectores del país, quebrando a las capas medias de la ciudad y llevando a la miseria a los sectores excluidos de las barriadas populares, agudizando la ruina al campo colombiano; además de la crisis humanitaria producto del asesinato de líderes sociales y excombatientes firmantes de paz, en medio de la actitud displicente por parte del Gobierno.

Por ello estos temas hacen parte de la agenda de lucha del movimiento social popular y campesino colombiano, y están incorporados en lo que representa esta gigantesca movilización que ha venido desarrollándose y fortaleciéndose a partir del 28 de abril.

No basta con el retiro de una reforma, cuando el Gobierno en sus actos demuestra la falta de talante democrático al excluir a los sectores políticos de oposición y al pueblo colombiano del debate y la discusión sobre la construcción de un nuevo proyecto. Reforma que entendemos se requiere en el país en dirección de atender la grave crisis socioeconómica que viven los colombianos; pero no es por las alturas, con las élites, donde se construye. Así simplemente reencaucha la reforma antipopular con más de lo mismo.

Precisamente el movimiento popular y social desatado el 28 de abril plantea la construcción de un escenario democrático amplio y participativo para trazar el rumbo de la reforma económica, pero en contravía del clamor popular el Gobierno sólo escucha los intereses de los gremios económicos y de los partidos tradicionales, dándole de nuevo la espalda a millones de colombianos que se han movilizado.

No basta con la renuncia de un ministro. El problema no es con Carrasquilla, que tendrá que responder por su perversa maniobra de pignorar los recursos de los municipios más pobres con la estafa de los bonos de agua. Él simplemente es un personero de un régimen político, con intereses de clase y a favor del gran capital, y en consecuencia actuó firmando y adecuando los proyectos a favor de los intereses políticos económicos de quienes están en el poder. Ahora simplemente lo cambian por otro tecnócrata neoliberal que seguirá desarrollando el mismo programa económico en desmedro de los intereses de los pobres y excluidos.

La ofensiva antisocial del Gobierno avanza en el Congreso: la reforma a la salud que sigue entregando los recursos públicos al interés privado en contravía de la salud pública, y la reforma pensional que empobrece a los trabajadores desconociendo sus derechos laborales, son proyectos respaldados por los partidos tradicionales enmermelados que seguirán su curso afectando los intereses de los más pobres si lo permitimos.

El incumplimiento evidente y permanente de la implementación del acuerdo de paz, tanto en la seguridad de las comunidades rurales y los firmantes de paz, en el regreso del modelo de la guerra contra las drogas que envenena los territorios dejando muerte y destrucción, así como la omisión del punto 1 sobre reforma rural integral en clave de superar las grandes diferencias y exclusiones que padece el campo colombiano, es otra de las grandes deudas sociales de este gobierno con el pueblo colombiano. Por eso la ACVC acoge llamado del Comité Nacional de Paro, acompañando con acciones de movilización civilista y pacífica en la región rural y en las cabeceras municipales la agenda de lucha, como el llamado a paro este miércoles 5 de mayo.

La ACVC hace un llamado respetuoso para que la población siga expresando su repulsa a la política económica y al desgobierno, y se une al pueblo del Magdalena Medio en la consigna de solidarizarse con el paro nacional. Condenamos la represión estatal expresada en la militarización de las ciudades del país, situación nefasta que ha dejado cientos de heridos y detenidos, y más de una docena de jóvenes asesinados con balas de las Fuerzas Militares, que deberían cumplir el papel constitucional de proteger los derechos ciudadanos.

Queremos también que el mundo sepa sobre las denuncias de permanentes violaciones de derechos humanos por parte de la Policía y su escuadrón antidisturbios, que evidencian una lógica antidemocrática propia de las dictaduras más terroríficas.

No son vándalos ni terroristas quienes se movilizan: son hombres y mujeres, trabajadores, pequeños y medianos empresarios, jóvenes, estudiantes, transportadores, desempleados, indígenas, afrodescendientes y campesinos, es el pueblo colombiano en las calles.

La Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra empieza a organizar sus delegaciones desde las regiones rurales para acompañar en los centros urbanos la gigantesca movilización que se fortalece. El Gobierno debe escuchar al pueblo, reconociendo sus planteamientos y acatando el pliego de peticiones, que desde hace dos años se viene construyendo desde el campo y las ciudades de Colombia para contribuir en la construcción de un país justo y equitativo.

Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra