Yondó, 16 de febrero de 2025
La Asamblea de la Mesa Comunal por la Vida Digna de la Región cumple 20 años de existencia como una alternativa organizada frente a la crisis humanitaria que afecta a los municipios de Yondó, San Pablo, Cantagallo y Remedios. Esta iniciativa surge como respuesta a la implementación de la política de Seguridad Democrática y el Plan Colombia, estrategias que, en lugar de garantizar la seguridad de nuestras comunidades, profundizaron la violencia, el despojo territorial y la militarización de nuestros territorios campesinos.
Durante dos décadas, las Juntas de Acción Comunal, organizaciones campesinas y sociales hemos trabajado incansablemente para defender la vida, el territorio y la paz, enfrentando múltiples desafíos, desde la presencia de actores armados hasta el abandono institucional. Hoy, en el corazón del Magdalena Medio, esta asamblea congrega a delegadas y delegados de alrededor de 100 Juntas de Acción Comunal, así como a representantes de diversas organizaciones campesinas y sociales. Contamos con el acompañamiento de la Misión de Verificación de la ONU sobre los puntos 1 y 3 del Acuerdo Final de Paz, la Misión de Apoyo a Procesos de Paz, el Representante a la Cámara por Santander Jairo Cala, además de delegados de la Alcaldía de Yondó y de la recién creada oficina de la Agencia Nacional de Tierras para el Magdalena Medio.
A lo largo de estos años, hemos sido víctimas del conflicto armado, la exclusión política y la falta de garantías para el ejercicio de nuestros derechos. Sin embargo, seguimos firmes en nuestra apuesta por la implementación del Acuerdo Final de Paz como una herramienta clave para superar la crisis humanitaria que vivimos. Creemos que la construcción de paz no puede limitarse a un asunto de negociación entre actores armados, sino que debe poner en el centro a las comunidades y garantizar condiciones reales para el desarrollo de nuestros territorios.
Exigimos que el Gobierno Nacional y quienes tienen la responsabilidad de negociar la paz reconozcan a la población civil como un actor central en este proceso. Es urgente que se garanticen los mínimos humanitarios en la región y que se respete la autonomía de las Juntas de Acción Comunal, que históricamente han sido pilares fundamentales para la organización comunitaria y la defensa de la vida en nuestros territorios. La paz no puede ser un acuerdo firmado en un escritorio; debe ser una realidad tangible que transforme las condiciones de vida de nuestras comunidades.
Finalmente, este espacio asambleario define las siguientes acciones:
1. Elaborar un comunicado público dirigido a los actores armados, exigiendo el cumplimiento de los siete mínimos plasmados en el Acuerdo Humanitario del Magdalena Medio: la vida, el territorio, el respeto al Derecho Internacional Humanitario, la democracia como derecho a la autonomía, los derechos de las mujeres y diversidades sexuales, el reconocimiento de las minorías étnicas y la población NARP.
2. Construir la Comisión Humanitaria para el Magdalena Medio y gestionar una sesión de la Comisión Accidental de Paz del Senado de la República, en articulación con la Mesa Humanitaria del Magdalena Medio y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior.
3. Declararnos en sesión permanente de la Mesa Comunal por la Vida Digna y, en su desarrollo, realizar sesiones en cada municipio con la participación de los alcaldes y personeros, exigiendo el cumplimiento de su deber de garantía. Asimismo, invitamos a las gobernaciones a comprometerse con su apoyo en este proceso.
4. Expresar nuestra solidaridad con la Mesa Humanitaria del Catatumbo, enviando un mensaje de unidad y respaldo a nuestros compañeros y compañeras, con la disposición de encontrarnos y acompañarnos mutuamente en la defensa de la vida y el territorio.
¡POR LA VIDA, EL TERRITORIO Y LA PAZ!
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