Hoy, día internacional de los derechos humanos, nos dimos cita más de un centenar de líderes y lideresas sociales, defensores y defensoras de derechos humanos y ambientales de los municipios de Yondó, Remedios, Cantagallo, San Pablo y Simití. Realizamos con éxito “LA ASAMBLEA REGIONAL HUMANITARIA PERMANENTE” en el municipio de Yondó, departamento de Antioquia.

Con el acompañamiento de organizaciones sociales, diversas creencias religiosas, instituciones del estado del orden local, regional y nacional, igualmente organizaciones de la cooperación y el acompañamiento internacional. 

Esta asamblea regional es parte de la agenda trazada en la “ASAMBLEA REGIONAL DE LA MESA COMUNAL POR LA VIDA DIGNA” realizada el pasado mes de septiembre, a raíz del secuestro de reconocidos lideres campesinos del Valle del Rio Cimitarra por parte de las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC, donde desafortunadamente perdió la vida en cautiverio el compañero “Pedro Vaca”.

Durante las asambleas comunitarias campesinas y humanitarias, fuimos objeto de hostigamientos, señalamientos, amenazas, sabotajes y vandalismo por parte de las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC, quienes se opusieron a la realización del recorrido humanitario. Al punto, que una de las asambleas programadas en la vereda carrizal del municipio de Segovia no fue posible realizarla por la imposición de este grupo armado. Cabe resaltar que todo esto se dio en medio del “CESE AL FUEGO BILATERAL” entre el gobierno colombiano y el mencionado grupo armado. 

En el recorrido humanitario pudimos confirmar el temor y el miedo que asiste hoy a la población campesina en general de esta región por las acciones violentas de los grupos armados ilegales que hacen presencia en el territorio, además también constatamos el despojo de tierras y bienes, el desplazamiento forzado, el destierro, las amenazas, los asesinatos, reclutamiento forzado, la estigmatización y hostigamiento a defensores de derechos humanos y organizaciones sociales que se atreven a denunciar las violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. 

  • Pudimos constatar también durante esta asamblea permanente que lleva 3 meses, las amenazas y constreñimientos permanentes a las comunidades del nordeste antioqueño y sur de Bolívar por parte de la Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), y la preocupación de la población por la latente amenaza de una incursión paramilitar al territorio. 
  • Pudimos constatar que hay mucho miedo a denunciar los hechos sobre violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario por temor a las represalias de cualquiera de los grupos armados ilegales, muestra de ello son las amenazas contra la ACVC-RAN por parte de las Disidencias del Estado Mayor Centra de las FARC y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en lo corrido de este año. La única razón, haber denunciado sus acciones violentas en contra de población civil. 

La política de “PAZ TOTAL” impulsada por el gobierno nacional aún no se percibe en nuestro territorio, el “CESE AL FUEGO BILATERAL” acordado entre el gobierno nacional y los grupos armados que vienen adelantando mesas de negociación, no han sido efectivos para la población, no hay confrontación entre las fuerzas del Estado y los grupos armados ilegales que están en las mesas de negociación, pero las acciones violatorias de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario por parte de los grupos armados ilegales en contra de la población civil, son el común denominador. 

La paz no se construye violentando la vida y la cotidianidad de las campesinas y los campesinos, tampoco imponiendo la existencia de las armas, ni amenazando, ni desplazando, ni despojando a campesinas y campesinos de sus bienes, ni asesinando o persiguiendo firmantes de paz, ni señalando, ni estigmatizando a quienes tenemos una opinión o postura política, incluso, ideológica diferente. Nosotros entendemos y asumimos que la paz se construye desde el reconocimiento de la otra y el otro en medio de la diferencia, que sean las ideas las que determinen el futuro de la vida en los territorios y no la imposición de las armas. Que se imponga el debate de las ideas, que la argumentación de la palabra sea nuestro más claro horizonte.

Muestras y mensajes de paz real deben empezar con la devolución los bienes despojados a las familias campesinas que hayan sido víctimas de los grupos armados. Particularmente solicitamos la devolución de todos los bienes robados por las disidencias del Estado Mayor Central de las FARC a los familiares de “Pedro Vaca” y a Belarmino Tuberquia, campesino secuestrado, posteriormente liberado y actualmente desterrado de la región. Igualmente, las disidencias del Estado Mayor Central deben explicarle de manera transparente a la comunidad y a la región sobre el secuestro y posterior asesinato de “Pedro Vaca” en cautiverio. 

El gobierno nacional debe implementar medidas efectivas que garanticen la vida de las campesinas y los campesinos, sus lideres y defensores de derechos humano y la autonomía de las organizaciones sociales en los territorios. Las mesas de diálogo deben establecer compromisos claros por las partes sobre el respeto a los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y las libertades a la población civil. Implementar el Acuerdo Final de Paz es trascendental para avanzar hacia la paz de Colombia. Este gobierno debe pasar de las buenas intenciones a la acción práctica y concreta, adelantando todas las acciones y poniéndole el acelerador a la materialización de la paz en los territorios y esto pasa por implementar plenamente el Acuerdo Final de Paz. Si no se avanza en la implementación de lo ya pactado, muy difícil lograr acuerdos con otros grupos armados. 

Los grupos armados ilegales deben ser coherentes, la paz se construye con hechos de paz, no es con la violencia, ni con amenazas, ni con el despojo de bienes, ni con el asesinato de lideres y lideresas sociales, ni atacando a las organizaciones defensoras de derechos humanos y ambientales, ni asesinado o persiguiendo a firmantes de paz, no es la guerra contra el pueblo la que va a construir la paz de Colombia, es poniéndose del lado del pueblo que es posible avanzar hacia una paz estable y duradera. 

A los defensores y defensoras de derechos humanos, a las organizaciones sociales, a las diversas creencias religiosas y a la población en general, los invitamos a redoblar esfuerzos y seguir juntos en defensa de la vida y la paz. 

A la cooperación y el acompañamiento internacional, los invitamos a continuar junto a nosotros en la loable y ardua tarea de defender la vida, los derechos humanos, el derecho internacional humanitario y la construcción de la esquiva y anhelada paz para el pueblo colombiano. 

Nosotros vamos a seguir en el territorio defendiéndolo, defendiendo la vida, defendiendo los derechos humanos, defendiendo el ambiente, y construyendo hombro a hombro con cada campesina o campesino, la paz con justicia social. A eso nos debemos y a eso nos seguiremos dedicando incansablemente y sin vacilar. 

Cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra. Ni un minuto para la guerra, toda una vida para la paz.

“A la vida daremos todo, a la guerra no daremos nada”.

Diciembre, 10 de 2023.