IV Campamento Ecológico de la Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra
Durante tres días los más de doscientos visitantes conocieron la historia de lucha que han vivido los campesinos en esa región. Y además fueron participes de la formulación de propuestas para continuar salvaguardando la riqueza natural que por años han sabido cuidar los campesinos.
El IV Campamento Ecológico de la Zona de Reserva Campesina del Valle del río Cimitarra se desarrolló a más de tres horas de la ciudad de Barrancabermeja, en la vereda El Cagüí, de Cantagallo, sur de Bolívar. Esta vereda fue fundada a finales de la década del cuarenta del siglo pasado, tras la llegada de colonos campesinos desplazados de diferentes regiones de la zona andina a causa de la Violencia liberal-conservadora.
Después de un viaje en lancha por las aguas del río Cimitarra, acompañados de música del Caribe, de gaitas y tamboras, cientos de participantes del Campamento Ecológico arribaron a la histórica vereda. La alegría se percibía en el ambiente. Para los habitantes del Cagüí resultaba todo un acontecimiento la visita de estudiantes, profesores, investigadores, comunicadores, artistas y músicos, quienes admirados por la belleza natural del valle del Cimitarra, estaban ansiosos de pisar tierra firme para disfrutar del encuentro y el diálogo de saberes que estaba por comenzar.
Durante tres días los más de doscientos visitantes conocieron la historia de lucha que han vivido los campesinos en esa región. Y además fueron participes de la formulación de propuestas para continuar salvaguardando la riqueza natural que por años han sabido cuidar los campesinos.
Buena parte del recorrido en lancha se realizó en el complejo cenagoso del río Cimitarra. El Cagüí es una vereda a orillas de la inmensa ciénaga de San Lorenzo, hábitat de una gran cantidad de peces y anfibios, así como de manatíes que aún existen gracias a los acuerdos comunitarios que los habitantes han realizado para preservar las especies en contra de la voracidad humana.
Además de la riqueza hídrica, este territorio también es estratégico porque es la puerta de entrada a una de las áreas de mayor preservación en la región andina colombiana. A unas cuantas horas de allí, ya no en lancha sino a lomo de mula, se encuentra la Línea Amarilla, uno de los últimos sitios de selva virgen con mayores niveles de preservación, en medio de la Cordillera Central.
En ese vasto territorio se encuentra la Serranía de San Lucas, entre los departamentos de Antioquia y Bolívar. En la parte sur de la Serranía se encuentra la Línea Amarilla, un área de setenta mil hectáreas conservada por los campesinos desde hace más de cuarenta años, a la que es imposible acceder sin permiso de ellos, pues se han convertido en guardianes de lo que consideran un parque natural de hecho.
IV Campamento Ecológico
A la cita también acudieron delegados de las más de cien juntas de acción comunal de San Pablo y Cantagallo (Bolívar), y de Remedios, Segovia y Yondó (Antioquia), convocados por la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra (ACVC).
Del 10 al 13 de noviembre más de 500 participantes dialogaron y debatieron sobre la importancia de defender y proteger el territorio, el agua, la biodiversidad y la cultura campesina.
Para Franco Gómez, del Equipo Técnico de la ACVC, el IV Campamento Ecológico “sirvió para fortalecer la agenda ambiental de la ACVC, comprendida como la hoja de ruta para el trabajo del campesinado en la defensa de los acuerdos comunitarios de conservación de la biodiversidad y el agua en los territorios que hacen parte de la Zona de Reserva Campesina”.
Agenda ambiental
En el 2015, la ACVC definió una agenda ambiental para la reserva campesina, pues ya era conocida por los habitantes del Valle del Cimitarra la gran cantidad de títulos mineros y de exploración que venían siendo concesionados en esa región. Muchos de esos títulos se traslapaban con el complejo cenagoso y otros con la zona de Línea Amarilla.
Desde entonces la Asociación Campesina impulsó una serie de iniciativas para blindar el territorio de la amenaza de la economía extractiva. Acompañados por centros de investigación e instituciones, la ACVC realizó dos caracterizaciones biológicas que permitieron iniciar rutas declaratorias de figuras de protección (figuras del Sistema Nacional de Áreas Protegidas – Sinap), así como el fomento y creación de comités ambientales en las más de cien juntas de acción comunal que agrupa la ACVC.
En el marco del Campamento Ecológico, los campesinos del Magdalena Medio recogieron propuestas para construir su nueva agenda ambiental a través de mesas temáticas sobre extractivismo, economía campesina, ordenamiento territorial, y cultura, identidad y saberes campesinos.
Fueron varias las propuestas que emanaron del diálogo que se dio en el Cagüí, pero se resumen en “el fortalecimiento del trabajo de socialización con los campesinos de la región y de los comités ambientales. Hay que persistir en la lucha contra la expansión extractivista y en la consolidación de las economías sostenibles y el fortalecimiento de la producción agroecológica”, sostuvo Gómez.
Sin embargo, para la ACVC sigue siendo vital el tema del ordenamiento territorial desde una construcción comunitaria. Desde el IV Campamento Ecológico se hace un llamado para consolidar y blindar los acuerdos comunitarios de conservación, sea para la Línea Amarilla, el complejo cenagoso y algunos bosques preservados, así como de cañones, ríos y quebradas que todavía están libres de mercurio y que se pueden recuperar.
Protección legal
Desde el 2015, a partir de la resolución 1628 del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, la zona de Línea Amarilla se encuentra protegida bajo la figura de zona de protección y desarrollo de los recursos naturales renovables y del medio ambiente.
Con esta declaratoria, más de trescientas hectáreas de la serranía de San Lucas buscan ser protegidas y conservadas bajo una figura de las figuras de protección del Sinap.
Dicho proceso ha implicado una larga discusión con comunidades e instituciones, pues en este territorio no solo se encuentra la Línea Amarilla, ya que hacia el norte de esta área es conocido que se practica la minería artesanal, practica de la que sobreviven miles de familias.
Después de más de dos años de iniciada la ruta declaratoria de una figura de protección en la Serranía de San Lucas, esta semana se conoció que desde el 28 de noviembre del presente año hasta el 28 de enero del 2018 se llevarán a cabo reuniones de socialización con las comunidades involucradas en el área que busca ser protegida legalmente.
Dentro de la ruta declaratoria, la ACVC tiene a su cargo las socializaciones en Santa Rosa y Cantagallo (Bolívar), y Segovia y Remedios (Antioquia).
La amenaza del extractivismo sigue latente pese a la figura de protección transitorio que cobija la Línea Amarilla, sin embargo los campesinos no cesarán su lucha para que el área que han conservado autónomamente por mas de 40 años sea blindada jurídicamente, pues consideran que más allá de cualquier figura de protección lo que ha logrado salvaguardar ese territorio es el compromiso del campesinado con la naturaleza y con el buen vivir.
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